Proemio
Israel Tolentino Cotrina (Tingo María – Huánuco, 1975) artista plástico graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes ENSABAP y periodista cultural del diario Ahora de la región Huánuco escribe la siguiente reseña acerca del libro MATERIA OSCURA: El rastro poderoso del dibujo editado por Canal Museal el 2021 y que reúne las obras de la exposición virtual que lleva el mismo nombre y que puede apreciarse en la Galería de Arte Marcial, aquí y aquí.
El rastro poderoso del dibujo
Por: Israel Tolentino
El dibujo nace del dedo, como Dios en la creación, la curva dibujando el movimiento, el movimiento generando la vida, tal vez era este el sentimiento que asombraba a los ojos de la humanidad, sentir que el que dibuja se apoderaba del alma del sujeto trazado; cuando la palabra dibujo no significaba nada.
Es interesante evidenciar el dibujo desde la oscuridad, espacio que desde la distancia de los ojos se ve como una superficie. Desde siempre el dibujo se ha construido en sus rasgos oscuros sobre cualquier fondo claro u opuesto. Todos hemos dibujado de una u otra manera y es en ese segundo tópico: el dibujo representando la “realidad tridimensional” que viene su acercamiento con la gente, muchos encontrarán en esa mirada, su aparente capacidad por desentrañar misterios o seducirse a las bondades del oficio, de su infinidad de riquezas técnicas, a los alucinados mundos de un Dalí, Escher o Boris Vallejo.
MATERIA OSCURA: El rastro poderoso del dibujo, es un hermoso catálogo donde se reúnen desquiciados cultivadores de esta práctica, todos, atletas atentos a esta impronta de perderse en los laberintos del dibujo, de ahogarse en sus confines, aunque por un lado estén levantando una mano donde sostienen un papel nunca más blanco.
El libro Materia Oscura. El rastro poderoso del dibujo, puede adquirirse actualmente en la tienda cultural Rimay, de la Galería de Arte Martín Yépez, en el centro de Lima.
El dibujo es intimidad. El espacio y la luz, la modelo y el artista dibujante, los materiales y el soporte en blanco, mirándose, observándose, resolviendo la forma tridimensional en la libertad de unas cuantas líneas. Imaginar a Amedeo Modigliani teniendo a Jeanne horas en descanso para luego representarla en dos trazos, a Picasso, a Matisse, como cazadores apuntando a su bisonte, con su pluma y moleskine.
«El rastro poderoso, nos confirma que el dibujo y el actor artista, han estado en una comunión inseparable desde que se descubrieron por primera vez.»
El dibujo es evidentemente procesual, cada mano que coge una herramienta y un material se prende de su materialidad, se regodea en sus manchas, rasgados, frotados, chorreos, salpicaduras, rayaduras, esfumados… la mano y la herramienta se hacen una, el lápiz extensión de la mano, el cuerpo mismo herramienta de dibujo. Cada resultado, es al fin de cuentas hacer cima, descansar, respirar y mirar los resultados y volver a bajar para empezar. Dibujar como una actividad física, con sus dosis de serotonina, como un pez que si no nada se muere.
El rastro poderoso, nos confirma que el dibujo y el actor artista, han estado en una comunión inseparable desde que se descubrieron por primera vez. Cuando el mono humano removiendo con su índice la ceniza del fuego agotado luego de coser el lomo de su presa, descubría en el fondo de la tierra húmeda y tibia, aparecer el trazo, la huella, esa forma inconsciente, como un espíritu que se devela.
Israel Tolentino