IMÁGENES VIBRANTES Y ATMOSFÉRICAS | Grabados de Gerardo Salazar Malbasa en Monumental Callao 

Leyendas y estampas huanchaqueras
Sala 113 del proyecto Gráfica Errante,
Casa Fugaz, Jr. Constitución, 250
Monumental Callao
Temporada: 23.09 / 02.11

La versatilidad y las amplias posibilidades que ofrece el grabado nos abren las puertas para explorar la obra de creadores que pueden movilizarse no solo entre técnicas y géneros, sino también geográficamente.

El grabado se presenta como un puente que conecta artistas, contextos y estilos, una conexión que ha despertado un renovado interés y crecimiento en los últimos años. La realización de bienales en el norte y sur del país, e incluso la apertura de un museo en Lima exclusivamente dedicado al grabado, han surgido como evidencia de este proceso. Sin embargo, esto no resulta suficiente. Nunca lo es.

Esta insaciabilidad se vuelve aún más apremiante al tener en cuenta las limitaciones que enfrentan nuestros mecanismos de intercambio artístico cuando nos conectamos con procesos que ocurren en regiones distantes al enfoque centralista de Lima. Este es un asunto que merece reflexión constante y una crítica interna en continuo replanteamiento.

En este proceso de reconocimiento de nuestras limitaciones, nos encontramos con la obra de Gerardo Salazar Malbasa, grabador trujillano que actualmente exhibe la individual «Leyendas y Estampas Huanchaqueras» en la Sala 113 del proyecto Gráfica Errante, en Casa Fugaz, Monumental Callao, espacio manejado por el artista bellasartino Israel Tolentino Cotrina.

La experiencia generada por el arte encuentra en la obra de Gerardo una razón para afianzarse. En este primer conjunto de grabados, compuesto por dos carpetas que presenciamos en el Callao, descubrimos de inmediato una fuerza enérgica y potente que coexiste con la habilidad para jugar con los detalles.

Con formación en la Escuela Superior de Bellas Artes «Macedonio de la Torre» de Trujillo y discípulo del renombrado Alberto Agapito, Salazar demuestra su destreza en el manejo de las técnicas de relieve, como la xilografía y el linograbado. Su tallado preciso y delicado crea escenas ricas en detalles con una atención meticulosa a la perspectiva, lo que resulta en imágenes evocadoras y atmosféricas. Vibrantes.

En la exposición de Gerardo Salazar, se destaca la elección del formato, el cual permite una posible adaptación de cada pieza al ámbito gráfico impreso, lo que se percibe como un acierto en la presentación y brinda al conjunto oportunidades para su existencia editorial.

Imagino lo impactante que sería un libro que recoja las leyendas urbanas de Huanchaco amparado en estas obras. Gerardo utiliza magistralmente el oscuro ambiente del grabado para intensificar la narrativa que encierra cada imagen. Su producción expuesta es un claro ejemplo de cómo la xilografía puede contar historias, con escenas cargadas de dramatismo y suspense, y una atmósfera inquietante que captura el terror de las leyendas urbanas.


Salazar maneja con destreza los recursos de la xilografía, empleando líneas y contrastes de manera efectiva, lo que crea una sensación de profundidad y movimiento a sus escenas. Una visión dramática y misteriosa. La experimentación y la aceptación del grabado como medio idóneo para expresar inquietudes visuales destacan en la obra de Gerardo Salazar. Cada obra es un ejercicio independiente que demuestra sus procesos, técnicas y virtudes. Es evidente que la escena del grabado peruano pronto acogerá a este artista en su devenir. Su obra merece ser apreciada por su técnica, su contenido y su extraordinaria capacidad para transmitir emociones.


Una curaduría adecuada, junto con un montaje museográfico que aproveche todos los aspectos mencionados anteriormente, es esencial en este caso.


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