Tremenda conmoción causó hoy en Lima la noticia procedente del Vaticano y difundida ayer, en virtud de la cual han sido eliminados treinta santos de los altares de la Iglesia Católica, en especial San Cristóbal, Santa Bárbara y Santa Catalina.

Como se sabe, San Cristóbal es un santo que se ha adentrado profundamente en el espíritu religioso de los peruanos y en especial los limeños. Este Santo es adorado por los choferes y transportistas, quienes lo consideran su protector.

El cerro en la mira vaticana

El histórico cerro que domina la capital del Perú lleva precisamente su nombre, que acaba de ser eliminado por una reforma del Santoral, producto de una Reforma Papal dada en Roma.

Declaración Oficial:
«Realizaremos consultas con el vecindario y el Arzobispado para estudiar cambiar el nombre o ratificarlo como San Cristóbal. Si se decide el cambio, sería Santa Rosa, en honor a la Patrona de América».
– Percy Hartley Román, Alcalde del Rímac

La fe inquebrantable

«Los santos destituidos no serán arrinconados; simplemente permanecerán en su trono, donde el pueblo católico puede ir a elevar sus plegarias», expresó el vocero a Última Hora.

La destitución de los santos en varias partes del mundo católico se basa en la Reforma Santoral, que entrará en vigencia a partir del primero de enero próximo y fue dada a conocer ayer.

Nueva gloria para San Martín

Por otra parte, los peruanos recibieron con profunda emoción la disposición de la Santa Sede, en virtud de la cual San Martín de Porras ha sido elevado a la categoría de los santos que son objeto de veneración universal en el mundo católico. Hasta ayer, solo Santa Rosa de Lima constituía la única representante de América.

«Algunos santos fueron eliminados del Santoral debido a las dudas sobre si verdaderamente existieron o porque resulta imposible separar los hechos de la leyenda».

Trasfondo histórico

El 3 de noviembre, que es la festividad de San Martín de Porras, será celebrada en todo el orbe, por disposición de un Decreto Papal que introdujo una serie de reformas en la Iglesia Católica. Esta disposición entrará en vigencia desde enero de 1970.