UNA EXPOSICIÓN RECUPERADA DE IGNACIO MERINO: GALERÍA MUNICIPAL PANCHO FIERRO, 1997
Desde la gran exposición realizada en el Hall de los Pasos Perdidos del Congreso de la República en enero del año 1917, no se realizaba en las salas de arte del Perú un despliegue importante de la pintura de Ignacio Merino (Piura 1817 – París 1876).
En abril del año 1997, el Centro de Artes Visuales de la Municipalidad de Lima – CAV, encomendó a los curadores Daniel Contreras M. y Juan Peralta B. la selección y montaje de una revisión de la obra de Merino comprendida entre los años 1850 y 1870 y que la Pinacoteca Municipal Ignacio Merino albergaba desde sus inicios, cuando la donación del pintor tras su muerte le diera forma y acta de nacimiento oficializada en 1925.
Fueron doce (12) las pinturas de gran formato elegidas y transportadas a la Galería Municipal Pancho Fierro para ser expuestas hasta el mes de mayo de aquel año. El espectacular transporte de las obras dentro del mismo municipio fue resultado de un gran esfuerzo por parte de un equipo integrado por muchas personas bajo la dirección de Peralta y Contreras.
El texto redactado para el folleto entregado al público era netamente biográfico y explicativo, dirigido a un público que hacia esa fecha no conocía la obra, el nombre o la vida de uno de los pintores costumbristas más importantes del siglo XIX en el Perú. (DESCÁRGUE EL FOLLETO AQUÍ)
«En abril del año 1997, el Centro de Artes Visuales de la Municipalidad de Lima – CAV, encomendó a los curadores Daniel Contreras M. y Juan Peralta B. la selección y montaje de una revisión de la obra de Merino comprendida entre los años 1850 y 1870″
Asimismo, compartimos una de las fuentes principales en las que los curadores Juan Peralta y Daniel Contreras focalizaron su investigación, el catálogo de la exposición del año 1917 titulado: Ignacio Merino. La vida y las obras del pintor con motivo del centenario de su nacimiento. (DESCÁRGUELO AQUÍ)
Ignacio Merino. La vida y las obras del pintor con motivo del centenario de su nacimiento (1917)
A continuación el texto instalado en las paredes de la Galería Municipal Pancho Fierro entre abril y mayo del año 1997 en la exposición Ignacio Merino. Obras de 1850 – 1870.
La Pinacoteca y el Testamento (texto del año 1997)
Bautizado como José Ignacio María Pedro Nolasco Ramón Merino será conocido simplemente como Ignacio Merino, pintor piurano nacido durante el gobierno del penúltimo virrey Joaquin de la Pezuela, y que en 1850 parte hacia Francia por segunda vez, para no regresar más.
París de segunda mitad del siglo XIX, fue escenario de su formación plástica; desde su taller de la Rue la Clichy N*1, Ignacio Merino veía pasar el bullir incesante de lo tecnológico y artístico de la época: a partir de 1850 comienzan los años de perfeccionamiento de la fotografía con Daguerre a la cabeza, en 1857 Baudelaire publica “Las Flores del Mal”, Darwin en 1859 saca a la luz su teoría de la evolución, las grandes exposiciones universales así como los salones anuales de pintura convocan figuras de la talla de Courbet, Delaroche (quien fue maestro de Merino en 1853) y Delacroix. Pero Merino no tomó el camino de la experimentación y el ardor creativo, mas bien optó por el trabajo académico en el cual se basa su formación europea.
El 16 de febrero de 1876, un testamentario en presencia del cónsul del Perú en Francia, anotaba entre otras cosas que un tal Dn. Ignacio Merino de 59 años, con vida tranquila entre sus prójimos y ahora enfermo de tuberculosis, legaba a la capital de su país natal todos los cuadros que en ese momento se hallaban en su taller. Un mes después, el 16 de marzo, Merino fallecía y era enterrado en el cementerio “Pere Lachaise” de Paris.
Fueron 33 óleos de gran y mediano formato los que inmediatamente llegados a Lima pasaron a manos del Municipio. Tal cantidad de cuadros fueron la base para la creación de la pinacoteca municipal que el 29 de mayo de 1925 y a iniciativa del alcalde Sr. Pedro J. Rada y Gamio pasó a llamarse “Pinacoteca Ignacio Merino”.
En esta oportunidad la Galería «Pancho Fierro” presenta una selección de obras del legado Merino, donde será posible seguir la trayectoria artística del pintor piurano bajo los aspectos temático y estilístico: el desarrollo de un temario basado en aspectos religiosos, históricos o literarios, así como su preferencia por los ambientes densos, las escenas dentro de las escenas y de acuerdo al transcurrir de los años ver a los personajes adquirir mayor soltura y plasticidad en el lienzo.
IGNACIO MERINO (Piura 1817 – París 1876)
La presencia de Ignacio Merino juega un papel importante en la historia de la pintura peruana, con él se inicia un nuevo rumbo de nuestra plástica nacional que responde a la ideología liberal de mediados del siglo XIX, caracterizada por el seguimiento de ciertos gustos y patrones estéticos cosmopolitas venidos de Europa.
Este pintor criollo encabeza toda una generación de artistas nacionales conocidos como los «Academicistas” debido a su formación artística en alguna academia de arte en Europa, especialmente en París, teniendo en común el gusto por el retrato, los temas históricos y literarios
ejecutados bajo la técnica depurada, grandilocuente y de gran riqueza psicológica que identifica al romanticismo europeo.
A los diez años de edad, Ignacio Merino parte a París para educarse en el colegio del español Manuel Silvela. Al término de sus estudios básicos, ingresó al taller de pintura del maestro Raymund Monvoisin de quien aprendió la técnica del retrato y la pintura de escenas históricas. Después de un período de continuos viajes por Roma, Venecia y Nápoles, en 1837 y Río de Janeiro, la región de la Plata, Valparaíso y Arica, en 1838, su labor se centró en la realización de apuntes y acuarelas de paisajes y personajes de cada zona. Su viaje por Sudamérica, será la ocasión para que Merino tenga una larga estadía en Lima donde influido por el interés europeo hacia lo exótico y la presencia de artistas como Angrand y Rugendas, lo llevan a la ejecución de pinturas basadas en escenas costumbristas y dibujos de personajes limeños típicos de la época, muchos de ellos empleados en la ¡ilustración de un texto editado en París en 1854 bajo el título de “Lima visto por dentro y por fuera” de Esteban de Terralla y Landes.
Durante su estadía en Lima se dedica a la enseñanza en la Academia de dibujo y pintura dirigida por el quiteño Javier Cortéz, teniendo como alumnos a Francisco Laso, Luis Montero y Francisco Masías.
En 1850 se establece nuevamente en París y en 1853 ingresa al Taller de pintura de Paul Delaroche, artista romántico que influirá en la obra de Merino a través de composiciones donde la técnica sobrepasa la creatividad, predominando la coloración y el énfasis teatral de sus personajes. Sus producciones artísticas de esta época muestran ciertas imprecisiones en el dibujo, en el manejo del color y la luz, presentando elementos contradictorios como en el caso de “Colón con su hijo ante la puerta del convento de la Rábida” expuesta en el Salón de París en 1853 y duramente criticada por Edmund About en un artículo de la época titulado “Cocina Peruana”, en cuya obra se aprecia una maternidad que no corresponde con la temática de la obra.
En 1858 Merino conoce en Roma a Eduardo Rosales y Mariano Fortuny, padre del luminismo español, iniciando su interés por el empleo de la luz en la composición y por las obras de Velázquez y Ribera, exponentes del Siglo de Oro español. Al año siguiente viaja a Madrid produciéndose un cambio en su temática, del ciclo de obras históricas en torno a Colón, se pasa a las escenas con fondos tenebrosos de frailes y tipos populares españoles mucho de ellos representados con vestimenta del siglo XVII, logrando destacar el aspecto psicológico de sus personajes. A este período pertenece “La apertura del testamento”, “El fraile pintor y sus críticos”, “Mefistófeles” y «La venta de los títulos”, obra que representa la madurez de este artista.
A partir de 1860 los óleos de Merino se acercan a la pintura holandesa del siglo XVI! caracterizado por escenas de interiores culminando con un acercamiento a la obra de Rembrandt con composiciones de pinceladas densas y claroscuros, realizados sobre fondo oscuro. En esta fase el escenario histórico se ha transformado en escenas de interior (doméstico) cargado de sentimentalismo. Las obras correspondientes a esta etapa son «La mano de Carlos V”, “La celada” y “Colón ante la junta de Salamanca” óleo que obtuvo la tercera medalla de oro en el Salón de París de 1863. A partir de este año, su participación en los salones parisinos lo hará con composiciones históricas y otras basadas en la literatura como su “Hamlet” presentada en 1872, criticada favorablemente por Latour. Hacia 1876, encontrándose al término de su obra “La resurrección de Lázaro” la tuberculosis acabaría con su vida el 17 de marzo del mismo año.
Daniel Contreras y Juan Peralta (Curadores de la Muestra)
CATÁLOGO DE OBRAS “Retrato de Merino” Atribuído a Francisco Laso. Óleo s. tela. 65 x 55 cm. “Frailes atravesando un vado” Óleo s. tela. 117 x 100 cm. “Escena americana” Óleo s. tela. 95 x 115 cm. “La celada” Óleo s. tela. 160 x 136 cm. “Mefistófeles” Óleo s. tela. 160 x 126 cm. “Colón con su hijo ante la Puerta del convento de la Rábida” C.a. 1853 Óleo s. tela. 140 x 178 cm. “El fraile pintor y sus críticos” Óleo s. tela. 194 x 276 cm. “Fraile Franciscano” Óleo s. tela. 115 x 95 cm. “Colón ante la Junta de Salamanca” C.a. 1863 Óleo s. tela. 185 x 295 cm. “Aparición del arcángel en casa de Tobías” Óleo s. tela. 150 x 113 cm. “El Penitente” Óleo s. tela. 117 x 100 cm. "La venta de los Títulos" Óleo s. tela. 1.45 x 2.35