En abril del año 2001 apareció en Lima una publicación de formato tabloide y portada verde en cuyo centro destacaba un gran puño negro. En la parte inferior, una pregunta en tipografía de buen tamaño resumía un tema muy discutido en aquel entonces: ¿EXISTE LA CURADURÍA EN EL PERÚ?

Era Arte Marcial. Revista de arte, crítica y ensayo, una de las pioneras en el ámbito cultural peruano dedicada de forma exclusiva a la crítica y el ensayo de arte. Editada por MANODURA (proyecto integrado por Daniel Contreras, Walter Carbonel y Juan Peralta), en ella confluyeron críticos, historiadores, artistas y curadores tanto nacionales como extranjeros.

Tanto Peralta como Contreras provenían de la Escuela de Arte de la Universidad Nacional de San Marcos y formaban parte del equipo curatorial del Centro de Artes Visuales de la Municipalidad Metropolitana de Lima – CAV, creado en 1996 para la dirección de la Galería Municipal Pancho Fierro y la organización de la Bienal de Lima, en sus versiones Nacional e Iberoamericana.

«En arte todo quiere decir comienzo.»
Carbonel, egresado de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú – ENSABAP contaba en aquel año con cuatro exposiciones individuales, numerosas colectivas y entre otras distinciones, un primer premio en el Salón Regional de Lima de la I Bienal Nacional realizada en 1998.
Hoy CANAL MUSEAL. Crónicas y Reseñas Patrimoniales, se une y vincula al proyecto esperando la posibilidad de retomar la ruta original de ARTE MARCIAL.

La revista contó con tres ediciones impresas (todas ellas gratuitas y autofinanciadas) y una virtual.
Rescatamos ahora este material de archivo compartiendo el primer número, en formato PDF, con el fin de resaltar nuestro propósito de alentar desde este espacio la crítica del arte actual, anhelando incitar a la reflexión colaborativa. Esta edición tuvo entre sus colaboradores a Max Hernández Calvo, Michelle Marxuach (Puerto Rico), Guy Amado (Brasil), Francisco Real, Marco Alburqueque, Rosina Cazali (Guatemala), Carlos León, Marilú Ponte, Támira Basallo y Luis Alberto Menéses.
Revisando las páginas que editamos hace dos décadas, vuelve a nosotros la mirada de aquel entonces, convenciéndonos aún más de que toda propuesta artística debe responder a un contexto, a una necesidad que como parte de su momento; se traduce desde la imagen, desde el texto, de manera personal y creativa.
Apostemos por aquella individualidad espiritual que nos permitirá marcar en esta nueva etapa nuestras diferencias respecto a las modas y tendencias que el mercado, hoy en día, busca mantenernos instalados.
Que el mismo espíritu e ímpetu transmitido en la primera editorial de la revista Arte Marcial, no nos deje nunca:

Primero vino el arte, después lo marcial.
En arte todo quiere decir comienzo.
El arte es una maraña de significados y actitudes. Aceptamos todas las definiciones que existen en torno al arte. Para nosotros, el arte adquiere mayor importancia cuando lo percibimos como un acto marcial: disciplina y rigor, táctica y estrategia, creatividad y racionalidad, fuerza y pasión. Mientras exista una dosis de ingenio, imaginación y osadía, el libro del arte permanecerá abierto.
Toleramos lo intolerable. Creemos con firmeza en la necesidad de nuevos espacios para la creación.
Arte Marcial se propone como un lugar para la crítica y el ensayo. Un terreno de encuentros, de implicaciones, explicaciones, razones, juicios, en relación al arte contemporáneo.
Arte Marcial nace como un documento vivo, donde la información se alimenta día a día gracias a las colaboraciones de artistas e intelectuales nacionales y extranjeros. Un agradecimiento a todos ellos, especialmente a los que creyeron en nosotros desde el primer momento.
Y comenzamos…
Los editores.