PARADERO 3 MARÍAS | INDIVIDUAL DE JULIO MARCOS | Sala 105 de Canal Museal | Casa Fugaz

Julio Marcos
PARADERO 3 MARÍAS
Fragmentos cotidianos sobre soportes rescatados

Curaduría: Canal Museal

Lugar: Sala 105 de Canal Museal en Casa Fugaz, Monumental Callao
(Jr. Constitución 250, Callao)


Canal Museal presenta Paradero 3 Marías. Pintura sobre soportes rescatados, exposición individual del artista Julio Marcos en la Sala 105 de Canal Museal ubicada en Casa Fugaz, Monumental Callao.

Este conjunto de obras se crea sobre ‘soportes rescatados’, específicamente maderas desechadas que tienen su origen en las primeras casas construidas a principios de la década de 1980 en la zona conocida hoy como el centro poblado de Manchay. Inicialmente, estos materiales eran restos de los antiguos tranvías limeños. Más tarde, se comenzaron a emplear pequeñas casas de madera prefabricadas, que posteriormente fueron reemplazadas por viviendas de cemento y ladrillo.

El nombre «Manchay», que proviene del quechua y significa «miedo», refleja la sensación que solía afligir a quienes se aventuraban por este vasto terreno. En sus inicios, este lugar fue elegido por obreros y campesinos de las haciendas y chacras circundantes. Sin embargo, a medida que la década de 1980 avanzaba, Manchay se convirtió en el refugio de migrantes de Huanta y Ayacucho desplazados por la guerra interna. La violencia y la inseguridad que caracterizaban esa época se manifestaban en el propio nombre de la comunidad

Julio Marcos, pintor egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, actualmente reside en el distrito de Pachacamac, que incluye la localidad de Manchay. Su enfoque principal se centra en la zona conocida como Paradero 3 Marías, donde desarrolla un proyecto artístico único. En esta propuesta Julio registra escenas cotidianas a través de su habilidad pictórica, utilizando tablones rescatados de los desechos como soportes para sus obras.

Este intrigante ejercicio artístico juega de manera magistral con la percepción del tiempo y los niveles de lectura. A medida que se profundiza en esta serie y se descubren sus antecedentes, se revela una riqueza de significados que antes pasaban desapercibidos. En la sala de exposición, nos sumergimos en esta experiencia a través de lo que podríamos llamar una ‘narración pictórica’, donde cada escena se convierte en un capítulo en la historia visual que el artista nos relata.

En palabras del mismo Julio Marcos: «Lo habitual del día a día, su movimiento incesante, no da tiempo a la contemplación de prácticas o vivencias cotidianas. Estas se convierten en retazos de vida que se pierden en el tiempo, pero ayudan a formar un tejido social. Captar a través de la pintura esos instantes permite sentir de forma muy cercana nuestro entorno y comprenderlo.

Tan rápida va la vida cotidiana, donde muchas cosas, como las materiales, pasan al olvido. Las casas de madera en los cerros, luego de un tiempo de uso, son desechadas. Es aquí, en el abandono, donde pueden tener otra oportunidad de vida siendo el soporte para narrar historias que puedan permanecer en el tiempo, en interacción con nuestra memoria, a manera de fragmentos de lo cotidiano.»


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