Conocimos a Julio Garay Terrazas en los últimos años del siglo XX, cuando aún cursaba sus estudios en la especialidad de grabado en la PUCP. Nuestros encuentros tenían lugar en el contexto de exposiciones de arte contemporáneo, intervenciones en el espacio público en el centro de Lima, como las memorables Bienales de Lima, y las exposiciones temporales del Museo de Arte de San Marcos.
Garay Terrazas se mantuvo comprometido a promover y experimentar con diversas técnicas del arte del grabado, tales como xilografía, intaglio, gofrado y serigrafía, entre otras. Además, no se limitó a expresarse únicamente con las técnicas aprendidas en la academia, como la pintura y el dibujo, sino que también desplegó su creatividad en objetos tridimensionales.
La diversidad de sus técnicas y estilos está vinculada a su fervor por abordar una amplia gama de temas que nos ofrecen una visión de un mundo inusual, imposible, inaudito, más allá de lo convencionalmente esperado: una exploración de la niñez y adolescencia en riesgo, la iconografía prehispánica alterada en nuestra contemporaneidad chicha, los paisajes urbanos y naturales envueltos en una ruptura de la realidad, la delicada sensualidad y el goce vedado, entre otros aspectos.
«Obra en papel» constituye la primera entrega de dos exposiciones de una serie que hemos llamado «Cosas Inauditas», las cuales abarcan diversas etapas, experiencias y discursos de su proceso creativo. El sentido del humor y la sutileza de la representación son características distintivas de sus creaciones; en conjunto, su obra es un testimonio de las preocupaciones de una época liminar del siglo XX que nos invita a reflexionar sobre momentos, situaciones y las cosas imposibles en un mundo cada vez más superficial y carente de identidad.
La segunda entrega de esta serie, titulada «La ensalada imposible», estará disponible para su visualización en dos meses y se debe apreciar como quien coloca el Lado B de un antiguo disco de vinilo que recopila diversos ritmos. Este «Lado A» es una sonatina cuya forma musical y literaria nos ofrece una alternativa más ligera y accesible a la complejidad de la sonata, siendo valorada tanto por su elegancia como por su aplicabilidad pedagógica.
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